F5, recargar; F5, recargar. Es 2 de mayo. “¡Cuántas cosas suceden los 2 de mayo!”, pienso. El levantamiento de las clases populares madrileñas contra los franceses y por lo que se conmemora el día de Madrid, o el inicio de las revueltas estudiantiles en París en 1968… Y, por supuesto, hoy, 2 de mayo de 2022, dan la resolución de isLABentura Canarias… O eso han dicho. F5, recargar. Pero no salen. “¿Me habré equivocado?”. Lo consulto en el Instagram oficial: “Lunes 2 de mayo en islabenturacanarias.com”, reza el enigmático pie de la publicación. F5, recargar. Y nada.
Son las 9 de la mañana y empiezo a trabajar, más por hacer tiempo que por trabajar, también te digo, querido lector. Yo, al igual que todos, desde pequeño he escuchado, leído y visto historias de todas partes del mundo: desde las epopeyas griegas hasta películas de la movida madrileña de los 80, pero rara vez había podido ver alguna historia basada en Canarias o que sucediera en mis islas. Entonces, cuando encontraba un libro, una película o una serie en la que salía Canarias me aferraba a ello y lo comentaba con mis amigos o compañeros del colegio.
Supongo que, como casi cualquier canario, me emociona ver que en alguna serie o película nombran Canarias como si eso fuera algo de lo que sentirse orgulloso: la novedad de sentirse identificado en pantalla. Por eso, en estos últimos años en los que la ficción mundial ha venido atraída por nuestros incentivos fiscales a rodar a las islas, ha supuesto una ruptura del paradigma de lo que estábamos acostumbrados los canarios: de estar en la irrelevancia más absoluta, a poder reconocer el Teide en “Furia de Titanes” (Clash of the Titans, 2010, Louis Leterrier) o las calles de Las Palmas de Gran Canaria en “Aliados” (Allied, 2016, Robert Zemeckis).
Cuando leí “La Madera contra el Acero” de Carlos González Sosa, me imaginé al primer instante una serie que hablara sobre nuestra historia. Los consumidores estamos sedientos de historias que nos cuenten cómo son los pueblos, cómo es la gente y cuál es su idiosincrasia. Porque más allá de las películas de Hollywood que han venido a rodar o algunas películas sueltas que transcurren en Canarias siempre he echado en falta que se hable de Canarias sin entrar en los tópicos típicos del turismo, las playas o las fiestas. En el momento que vi que isLABentura abría convocatoria y leí sus bases e intención, me di cuenta de que era algo distinto: no solo pedían historias que sucedieran en Canarias, que son necesarias, sino, además historias que hablen de los canarios. Entonces, sabía que era el lugar perfecto para enviar Datana.
“¿Te imaginas que me cogen…? Bueno, es que te invito a comer a tu restaurante preferido, aunque no creo” le digo a Marina, mi novia. Me dice que tiene la seguridad de que mi proyecto es buenísimo, que lo voy a demostrar y que le tendré que pagar una comida carísima. Sonrío pensando lo exagerada que es. F5, recargar. “Igual, ya si eso mañana, porque con la hora que es no van a salir para la comida”. Me dispongo a preparar mi gran receta estrella: macarrones con atún y tomate frito. Todo de bote, por supuesto.
Hacía bastante tiempo que había hablado con el autor y conseguí los derechos para la serie. Ahora solo hacía falta hacerla… Y escribirla. Toda una odisea. Empecé por lo más básico y a la vez, lo más complejo: ¿qué quiero contar?. Porque sí, la Conquista de Lanzarote. Pero, cuál es el tema, la miga, o lo que llamaría mi profesor Luis Ángel: la idea motor. F5, recargar: ¡HA SALIDO LA RESOLUCIÓN! Mi corazón se salta un latido. Mi novia me mira con cara de “este chico se ha vuelto loco”. Han vuelto a poner los más de 200 proyectos presentados, pienso: “¿para qué harán eso? Cosas de burrocracia, supongo”. De repente leo: Datana, Daute Matías Campos Cutillas. “Seguro que se han equivocado”, le digo a Marina. Lo celebramos en su restaurante favorito al día siguiente.
Ahora, la idea motor ya la tengo clara: Datana, habla de los primeros años de la conquista normanda en Lanzarote, pero también de lo que es ser canario. Del descubrimiento que supone darse cuenta de lo grande que es el mundo fuera de nuestras pequeñas islas, de nuestro sentimiento de pertenencia, de nuestra relación con el mar, pero, sobre todo, de volver y darte cuenta que el mundo puede ser muy grande, pero un canario sabe que todos los caminos, al final, conducen a casa.
Hoy escribo esto desde un hotel en Tenerife, Canarias, mi casa, en el primer día de este laboratorio. Voy a demostrar(me) que no se han equivocado.
Ya el mes que viene te cuento cómo va la cosa.
Gracias por acompañarme, LABentura ha comenzado.