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Hace unos 10 años, cuando estudiaba guion en Salamanca, David Muñoz se quejaba de la ausencia de convocatorias para guionistas en aquel momento. Destacaba que para él habían sido muy importantes en sus inicios, no sólo por lo obvio- la formación que ofrecen, la ayuda, el reconocimiento- si no por algo que creía fundamental, el deadline. El hecho de colocar un objetivo tangible en la mente del guionista.

Seguramente no usaba concretamente esa palabra, en 2011 creo recordar que al deadline se le llamaba fecha de entrega y al pitch simplemente presentación del proyecto. Hoy no sólo han cambiado los términos, sino que en los últimos años ha habido un boom de convocatorias para guionistas entre las que se encuentra Islabentura Canarias.

La escritura de un guion puede ser muy frustrante por su condición de eterna versión, de paso intermedio, de herramienta para una obra mayor. A diferencia de un novelista, un pintor, un fotógrafo… la obra no se acaba con él. El guion no se puede publicar -salvo que ya esté rodado-, ni se puede exponer, ni revelar. La frustración de que el guion sea ignorado no la puedes mitigar autopublicándolo, ni colgándolo en el salón de la casa de tus padres, ni posteándolo en Instagram.

Y esa condición de obra nunca acabada puede influir mucho en no llegar a esa primera versión. Si no hay más motivación que lanzar a modo de lotería a productoras, que por lo general no reciben proyectos, las excusas para no acabar se acumulan. La fecha de entrega de una convocatoria se presenta por tanto como la mejor motivación para hacerlo. Para fantasear con el isi del que hablaba en mi primera entrada.

Islabentura tiene deadline. Y digo deadline porque la connotación de muerte en la versión inglesa del término me parece importante de destacar en este laboratorio. He dedicado ya unas cuantas entradas a alabar -y honestamente- las muchas y variadas ventajas de la iniciativa, pero en esta me voy a permitir hacer una crítica: Es poco tiempo.

Apenas cinco meses reales para la entrega del guion que no sé ni dónde se han ido. He llegado, pero septiembre ha sido de locos. Mi vida ha pasado entre distintos deadlines, para el dossier, el guion, el texto del pitch, la sinopsis y la ficha del autor, la imagen para la presentación, la entrada del blog…

Lo importante ya está entregado, y aunque en parte ansío la calma, lo cierto es que el ritmo, el ruido, no me ha permitido pensar en todos los condicionantes que normalmente me bloquean al escribir. Los miedos, las dudas, llegarán, pero gracias en parte a Islabentura y su precipitada fecha de entrega, ya será tarde.

Mientras tanto, si me lo permitís, tengo que entregar la entrada de un blog. Sí, tiene deadline, y vence hoy.