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A comienzos del siglo XX murieron las hermanas Cruz Bello de Teseguite, Lanzarote. Una, María del Rosario, a manos de sus asesinos. La otra, Petra, a causa de una justicia que protegió a los criminales por tratarse de los lacayos de los caciques locales. Los asesinos de María Cruz fueron detenidos e indultados, mientras la hermana de la víctima falleció en el manicomio de Las Palmas de Gran Canaria después de ser condenada sin pruebas, vejada, violada y enloquecer. Sesenta años después. Un libro recogió la historia en 1936, pero fue quemado por orden del cura de Arrecife. El silencio se rompió con la publicación en primicia en la revista Interviú por el periodista José Luis Morales.

Foto: acasajosesaramago.com