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Después del primer viaje de isLABentura a Lanzarote y a La Palma tocó volver a casa y ponerse a trabajar. Sin embargo, no todo es tan fácil, muchos de nosotros tenemos trabajos que compaginar con este proyecto, familia o ser presidente de mesa electoral en las elecciones al Parlamente Europeo por las cuales hay que encontrar esos huecos para poder centrarse en la escritura. Y es que eso forma parte de escribir, es raro que tengas el tiempo que necesitas para poder escribir lo que imaginas en tu cabeza, porque spoiler… nunca va a ser igual. Siempre va a ser peor lo que llega a la página que la película que tienes en la mente. Es así, hay que asumirlo y vivir con ello.

Así que con todos estos elementos remando en contra, es cuando hay que ponerse el mono de trabajo, tirar de oficio y ponerse a teclear. Aunque en realidad, antes de eso, hay que darle vueltas, imaginar, hacerse preguntas y dar respuestas. Y ahí está la chicha: hay que elegir. Escribir es elegir. En el momento que escribo estas líneas estoy escaletando Contra las llamas. Después de hablar de mil cosas con Marta Buchaca (mi tutora) en La Palma, es hora de sentarse y hacer elecciones. Escoger un camino u otro para la sucesión de secuencias es como elegir el voto entre los 34 partidos que se presentaban a las elecciones: hay partidos que son conservadores, progresistas, de derechas, de izquierdas, radicales, verdes, animalistas, fachas, muy fachas, rematadamente fachas y muchos son una payasada. Por eso, entre tanta hojarasca, tanta papeleta y tanta opción hay que saber escoger lo que es mejor para tu historia. Eso es escribir.