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Bryan AguirreProceso Creativo

¿En qué idioma hablan los sueños?

Episodio 1.

Creo que pensar el nombre de este primer blog es de las cosas más complejas que, en el sentido literario, me han pasado, ¿inicio con una pregunta? ¿Uso un título dramático, cautivador, metafórico? ¿Hago que suene a un libro que nadie leería o un best seller?

Pues, así como llegó la noticia de la selección, nació el “¿en qué idioma hablan los sueños?”.

Ustedes al leer esto dirán, “bueno, ¿y este con ese invento todo random qué?”, pues para eso están aquí y se los contaré.

Yo soy de Colombia, y sí, soy guionista, y sí, amo escribir, y no, aún no puedo creer ni dimensionar el nivel de la noticia o evento que significa para mí estar en las Canarias o en Europa en general.

Imaginen que llevan un año t e r r i b l e donde todos sus escritos, sueños e ideas estaban colapsando, donde habían perdido el rumbo y se cuestionaban muy seriamente su profesión; ¿ya lo están pensando? Pues multiplíquenlo por diez.

Venía de una racha infernal y decadente terrible, había escrito una quinta versión del guion de largo que tanto amo y era ¡HORRIBLE!, o sea, de verdad, qué cosa tan horrorosa; así que, en medio de la resignación, miles de cuestionamientos sobre lo que quería hablar y otros tantos asuntos, me dije, ‘’hagamos borrón y cuenta nueva”, y todo eso del pasado se comprimió, le exprimí el jugo a la esencia de mi historia y escribí la nueva versión, una que traía consigo una serie de cambios que incluía, incluso, el título, un proyecto que ahora se llamaría “Morfología de la oscuridad”.

¿Por qué el nombre?

Porque si pueden ir notándolo, amo la conceptualización de los títulos, haha. Siento que se me hace muy cute ponerles palabritas así, todas místicas o artísticas, según yo.

Pero, continuando, también hay un sentido lógico: mi familia ha sido muy atravesada por la violencia machista y paternal de mi papá, que en paz descanse, y para mí, él siempre ha sido esa oscuridad, ese miedo, ese monstruo que me persigue; sin embargo, no sólo se manifestaba de forma cruda y física, sino también, en su forma de querer y amar, de proteger, por lo que su existencia se convertía en sinónimo de terror. Y es eso, todas estas formas, estas manifestaciones, que dan pie a esa reflexión: la oscuridad puede ser un golpe, un grito, un acto agresivo, pero también puede ser un beso, un abrazo, un te quiero.

Y justo de eso va esta historia, que prefiero irles contando en otras entradas.

Sin embargo, aquí les seguiré narrando todo este proceso de selección en esta versión del IsLABentura.

Bueno, como les decía, el 2023 fue un año bárbaro, pero me prometí que este haría las cosas mejor y pues ajá, retomé convocatorias, espacios y tiempo de escritura, por lo que al ver que había abierto esta versión, decidí intentarlo, con emoción, pero también con miedo e intriga; había gestado una nueva historia, nadie, aparte de mi equipo la había leído y sentí que tenía mucho más de lo personal que los antiguos escritos y pues mucha más introspección. Con el proyecto enviado, sólo quedaba esperar.

Aquí va un dato, a quien me lea: de las Canarias a Colombia hay seis (6) horas de diferencia, por lo que, cuando en las islas es temprano, en la mañana, en Colombia cae la madrugada.

Pues yo, con la ansiedad a tope y siendo quien está pendiente de las convocatorias de la productora, estaba esa madrugada dándole recargar cada cinco segundos a la página. ¿Por qué? Porque en mi mente tenía la esperanza de que mi nombre aparecería o, como es lo más usual, pues haha, no estaría.

Y yo dele, que dele, que dele, que dele recargar, ¡y nada!

Me dieron las 5 a.m y no aguanté más, así que caí dormido, rendido, abatido, derrotado; mi insistencia no dio frutos.

¡Peeero!

A las 8 a.m suena mi celular y yo con medio cerebro en Plutón, y medio moribundo, veo una llamada con un número internacional; ‘’otra vez esos teléfonos extraños”, me dije, y no contesté, HAHAHAHA perdón Maria José :c.

Es que, en contexto, a veces entran llamadas súper random de números de otros sitios y nadie habla, entonces, yo ya estaba cansado de eso.

Peeeero bueno, con la única neurona funcional que tenía, eché ojo al chat de whatsapp y me dice que es ella y que había quedado seleccionado… y yo “keeee”

El nivel de adrenalina que sufrí en ese instante fue insano haha, o sea, perdí toda necesidad de sueño y brinqué, le respondí y me habló por teléfono acerca de todo.

En serio, sigo sin poder creerlo.

Pues bueno, inserten música de suspenso a través de aquí porque iniciaba el primer reto: ¿cómo carajos iba a pagar semejante valor desde Colombia a España? Hahaha.

Nuestra querida moneda devaluada me respiraba en la nuca, pero obviamente no iba a decir que no.

Se puso todos los escenarios, medios posibles y alternativas sobre la mesa y, como si se tratase de un milagro, en un parpadeo (y una semana después de mi cumple), ¡ya estaba en Madrid!

¿Cómo fue?

Há, impensable, inimaginable, muy loco; pero también, difícil, haha.

Justo volamos por AirFrance y ahí… pues te hablan en francés, y yo no sé francés, ni un poquito haha, entonces decían muchas cosas en ese idioma y yo “thank you, hello”, haha. ¡Y como nuestra escala fue en París, pues me abrumé!

Pero sí, llegué y mis ojitos se abrieron de forma magistral al otro lado del mundo, del charco, de la realidad. No se imaginan el salto tan inmenso que es cultural y socialmente… sin embargo, esa parte de la historia se las dejaré para el capítulo dos de este blog.

Y sí, tendrá otro título para que vean que soy súper inventado, haha.

Espero les guste leerme y nos acompañemos mutuamente en este proceso de creación, unión, amor y escritura.

¡Nospi en la siguiente entrada!

Bry.