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El viaje a La Palma, a finales de Julio, fue un remanso de paz. Yo no era consciente de cuánto lo necesitaba hasta que llegué: el paraje solo ya transfería una calma propia de aquellos lugares que saben cómo vivir – lentamente, saboreando cada momento – y ni siquiera las coladas de lava que dejó el volcán, como un recuerdo tangible de aquellos duros días de la erupción, puede enturbiar la alegría que te hace sentir esta isla. (Y cada vez sospecho más que es algo que comparten todas las islas canarias).

Otro factor importante fue la compañía: me cuesta imaginar un grupo con una energía tan positiva, con tan buen humor, siempre dispuestos a ayudar, sin ningún rastro de competitividad. Ellos han hecho que los días en La Palma fueran inmensamente más mágicos y el trabajo del laboratorio – que no es moco de pavo – mucho más llevadero. Y no hay que olvidar a María José, Lorena y Natacha, que hacen un trabajo impresionante, siempre tan pendientes de nosotros, escuchando nuestras sugerencias y nuestras peticiones, y siempre con una sonrisa, incluso en momentos de crisis (que en IslaBentura se reduce a perder la guagua o llegar tarde a talleres y eventos, porque los guionistas nos movemos con una parsimonia especial).

Y hablando de talleres, tuvimos la suerte de poder informarnos sobre temas de propiedad intelectual y explotación de obras audiovisuales con Tomás Rosón y Ricardo Gómez (que nos enseñaron cómo un contrato bien formulado puede ser el mejor amigo de un guionista); sobre los límites impuestos a la creación con Alberto G. Pulido (que casi consigue la primera discusión del grupo al debatir sobre los límites de libertad de expresión); sobre el universo Transmedia con Pablo Lara (que nos creó nuevas necesidades mostrándonos creaciones muy chulas de transmedia basadas en películas y series); y por último,  el taller de presentación de proyectos de mano de Carlo D’Ursi, en las que tuvimos que enfrentarnos a los temidos pitches, porque nosotros somos más de escondernos en nuestra cueva a escribir que de subir a un escenario a hablar de nuestro “libro”. (Vale, de nuestras serie o película).

Escribiendo estas líneas, me entran unas ganas increíbles de volver a reunirme con todos ellos para la final de IslaBentura (aunque esa palabra, “final”, da un poco de vértigo y tristeza), pero mientras espero a que llegue octubre, me pongo a escribir y reescribir el guion y el dossier de ‘Non Trubada’, esperando que el resultado esté a la altura de las experiencias que estoy viviendo en IslaBentura.