Al poco tiempo de terminar nuestro primer encuentro, nos reunimos con Luis Alcázar, de transmedia. Nos pareció un acto de enorme generosidad por su parte ofrecerse a darnos ese extra.
Adentrarse en los años en los que tu historia se ambienta, investigar, jugar… transmedia.
Este encuentro con Luis nos inspira para sumergirnos en los años 70.
Siempre pensé en la historia de La Maleta como algo íntimo, en la que no tenía cabida transmedia.
Durante el primer encuentro en Gran Canaria, Luis insistía en que con casi todas las historias se puede diseñar una estrategia transmedia. A mi me costaba verlo… hasta que tuvimos una sesión con él. Le pitcheamos nuestro proyecto, y Luis nos abrió un mundo nuevo lleno de posibilidades para extender la historia mas allá de la película. Recrear la época en todo su esplendor, hacerlo vibrar. ¡Eso nos encantó! Es, sin duda, un universo a explorar.
Me voy al rastro de Madrid. Allí se puede recrear cualquier tiempo pasado. Encuentro maletas de los años 70, juegos, sillas… Me convierto por un momento en directora de arte, o eso creía yo.
Todo esto nos sirve para inspiración de nuestra historia.
Seguimos escribiendo, borrando, empezando de nuevo, retomando cosas que ya habíamos descartado.
Tengo la sensación que no avanzamos (esa sensación me suele visitar bastante).
Imagino que tiene que ver con algo que se deriva del perfeccionismo, que no te lleva a ningún lado. Además, que equivocarse es un buen camino para uno saber lo que quiere.
Llega uno de los momentos mas importantes de nuestra historia y me quedo sin voz…
Seguimos escribiendo, pero yo no puedo hablar, nuestros encuentros son online y lo único que puedo es escribir, que de eso se trata.
Me doy cuenta en este periodo (en el que no puedo comunicarme a través del habla), que mucha gente no soporta el silencio. Eso me hizo pensar en qué poco usamos el silencio. Recuerdo gente muy amable y comprensiva y otra que no lo podía soportar.
No hablar y solo escuchar, te abre un mundo.
Conoces mejor a las personas que te rodean.
Y La Maleta habla de eso: de silencios que permiten sentir, de personas singulares que sienten distinto, que se salen de la generalidad, que respetan sus sentimientos y que sienten las cosas de verdad. Porque realmente a mi esa es la parte que me importa de esta vida, no que seamos iguales, sino que cada uno respete cómo es el otro. Y donde transcurre gran parte de nuestra historia, en Lanzarote, una isla en la que el silencio es música.
Llega el día del ansiado encuentro, ver a nuestros compañeros de este mágico viaje. Nos alegramos mucho de vernos, parece que nos conocemos de hace tiempo y solo ha pasado unos meses desde que nuestros sueños se unieron.
Ver esas sonrisas, llenas de ilusión. Aún nos queda un encuentro más, con lo cual, sabemos que al final de la semana nos diremos un hasta luego, que todavía nos queda octubre, un último capítulo que escribir todos juntos.
Al día siguiente empieza una semana apasionante de TALLERES FORMATIVOS.
Aquí van, por orden:
-Los derechos del guionista con Tomas Rosón. Muy interesante, rescato eso que dijo: “Antes de contar una idea, desarrollarla y registradla. Si la registras tienes derechos, si no no.
-Adaptaciones de Teatro al cine con Marta Buchaca. Fue todo un ejercicio de imaginación, Marta disfruta mucho con lo que hace y lo transmite.
-Ventas Internacionales con Peter Andermatt. Un recorrido por todos los festivales del mundo de todas las categoríaas y lo que mas conviene a cada proyecto.
-Luis Alcázar, Transmedia. La historia se extiende al juego. Luis disfruta dando sus charlas, hace un juego de todo y con todo.
-Taller de Pitch con Guillermo García-Ramos. Nos hizo pasar de temer el pitch a tener unas ganas locas de hacerlo.
Luego tuvimos el honor de presenciar la entrega de premios de la final del CONCURSO juvenil: ¿Y si contamos nuestra historia? Muy emocionante ver a niños y adolescente contando historias con sensibilidad, madurez y con intenciones muy claras. Sorprendente.
En medio de todo esto , tuvimos el gran privilegio de recorrer parte de los rincones mas bellos de Tenerife de la mano de Tenerife Film Commission.
Termina el viaje y yo vuelvo a Gran Canaria, para seguir documentándome. Encuentro cosas que utilizaremos y otras que no creo, pero ha sido muy grato descubrirlas.
Vuelvo a reunirme con mi compañera de escritura y seguimos avanzando, borrando, escribiendo, avanzando, borrando, escribiendo. Me sorprende lo que se puede conseguir si permites a tu mente estar en la búsqueda de algo durante varios días.
La historia imperfecta que se ha escrito de una vida es infinitamente más valiosa que la historia perfecta que nunca se cuente.
Seguir la fidelidad de lo que sienten los personajes. Buscar la singularidad de cada uno, su manera de percibir y sentir las cosas. Hay que mantenerse firme para no perder la autenticidad de lo que uno siente, no dejarse arrastrar por lo que debería sentir.
Y seguimos ahí, buscando esa medida donde los personajes transitan a través de sus historias, de lo que sienten, de lo que ven. Que no todos tienen la mirada para ver las pequeñas cosas.
Estoy aprendiendo que no hay que poner en boca de los personajes lo primero que se viene a la cabeza. A veces si funcionará y colará, pero es mejor pensar en la singularidad de cada alma, de cada corazón. Para mi ese es el reto de darle vida a esos seres humanos, que por ahora, transitan en papel.
En nuestro nuevo encuentro con nuestro tutor disfrutamos de su desbordante imaginación. Una mente privilegiada.
Salimos del encuentro con mucho trabajo por hacer, pero con mucha ilusión y con muchas cosas nuevas, que hemos explorado, sentido y que ahora las tenemos que poner en la escritura, con la esperanza y la ilusión que un día podamos estar rodando, editando y presentando nuestra historia en pantalla grande. Esto es un deseo, un sueño.
No queremos terminar este blog sin felicitar a todo el equipo de Islabentura por el trabajo que están haciendo y por toda la ilusión que le ponen a este proyecto, donde depositan todo su amor y se dejan el corazón.
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