John Palmer, apodado así tras ser acusado por Scotland Yard de ser el cerebro del denominado robo del siglo, cometido en 1983 en el aeropuerto de Heathrow, un espectacular asalto a mano armada para sustraer más de tres toneladas de oro en lingotes, un botín de 30 millones de euros. En 1985, cuando todavía era joyero, se instala en Tenerife huyendo de Reino Unido. En la isla diseña la maquinaria para estafar en la venta de apartamentos a tiempo compartido. A través de este y otros negocios, ‘Goldfinger’ llegó a amasar una fortuna que en el año 2004 se cifraba en 600 millones de euros. El juez Garzón comenzó las diligencias en el año 2000, con una vida repleta de entresijos legales. Su cuerpo aparece muerto, por dos minúsculos disparos en 2015 en su casa de Inglaterra.