Tengo que parar este carrusel de emociones en el que vivo desde que entré a formar parte de la locura de isLABentura.
La última semana de julio estuvimos en La Palma y se confirmó la buena sintonía entre todos. Hemos decidido que somos familia, que nos queremos, y que lo vamos a pasar terriblemente mal cuando en octubre nos tengamos que decir adiós.
Ahora que tengo cierta perspectiva desde la última semana juntos y habiéndome despojado, en parte, del síndrome del último día de campamento, he decidido que esta va a ser mi última nota con tintes emocionales. A partir de ahora, y hasta que nos separemos definitivamente, prometo ser y seré una roca de hielo, un ser inerte, sin capacidad de sentir ni padecer. Seré como Carlos III de Inglaterra y mis sentimientos serán como ese tintero que el Rey quería perder de vista cuanto antes de su mesa.
El motivo de tan extravagante reacción reside en que no quiero tener que decir adiós a todo esto, soy incapaz. En primer lugar, porque estoy diametralmente en contra de la palabra “adiós”, creo que debería dejar de existir, porque ningún adiós trae nada bueno. Y, sobre todo, porque me va a costar volver a vivir sin esta sensación.
Esta aventura es una oportunidad inmejorable para sentirte escritor, compartir espacios de creación, creatividad, felicidad, sufrimiento y comida abundante con un grupo de gente alucinante, y no me gustaría excluir a nadie porque creo que todo el mundo, a su manera, es asombroso aquí.
También, la oportunidad de desarrollar mi película con alguien como Jordi, al que tardaré varias vidas en agradecerle su trabajo, talento, sabiduría, paciencia, dedicación y cariño en lo que hace. Buscando lo que un tutor debe tratar de conseguir, que es que hagas la mejor versión de TU película. Parece fácil pero no lo es.
Ahora que estamos en época de pitch, y no voy a añadir ningún tipo de argumento más contra la moda del pitch y el hecho de exponer a personas (poco dadas a la exposición), a contar su película a contrarreloj, teniendo que ser a la vez emotivo, impactante, conciso, explicativo, gracioso, sereno y serio, contando todo, pero guardando información para que, después de todo, les queden ganas de leer tu guion.
Me gustaría poner la atención en la parte de Referencias que la mayor parte de los pitch tienen, pero enfocándolo desde un punto de vista diferente.
Quiero dar las que me inspiran, a la hora de escribir esta película. Y en esto isLABentura es una verdadera fábrica de gente inspiradora, lo que ahora llaman Influencer.
Me inspira Sara y su capacidad de contar su historia con la misma pasión y amor que hay en cada una de sus tramas. Me inspiran María José, Natacha o Lorena con la capacidad de trabajo que tienen, que es infinita. Me inspira la manera de transmitir que tienen Diana o Mercè, he visto poca gente en mi vida con esa manera tan constructiva de decir las cosas y aportar a las historias. Y además probablemente sean las dos personas mas graciosas que conozco. Me gustaría hablar de todos y cada uno de ellos y ellas, y lo haré en Gran Canaria, pero el concepto está claro.
Ahora me dirijo a ti, que estás leyendo esto, y no eres de mi familia, para decirte algo. En primer lugar, gracias por ser mi único lector y en segundo lugar, si quieres o te planteas en el futuro participar en isLABentura te animo a que lo hagas y trabajes en ello, porque si lo consigues esa experiencia será transformadora en muchos sentidos y todos maravillosos.
Rosa Montero tiene un libro que se titula “La ridícula idea de no volver a verte”, el libro es una maravilla, pero desde que lo descubrí por primera vez me impactó el título, ¡qué verdadera genialidad!
Volvió a mí cuando nos dijimos esa palabra maldita en La Palma y pensamos en la despedida de octubre. Y fue cuando mi cerebro se tronchó de risa ante la inexistente, imposible, disparatada, pero sobre todo ridícula idea de no volver a vernos.