Escribo este primer párrafo desde el aeropuerto de Gran Canaria mientras espero mi vuelo. Necesitaba vomitar todo antes de perder lo que yo llamo: la magia. No es que me crea un máquina y que lo que escriba sea trascendental ni mucho menos. Eso sería de flipado. Hablo de la sensación de sentir lo que escribes cuando aún está todo fresco, a flor de piel. Y es que la segunda semana de formación en Gran Canaria me confirmaba algo que ya venía sintiendo desde que nos despedimos en abril: este grupo es un grupazo.
La semana fue intensa. Interesante, divertida y con unos ponentes que nos dieron ese empujoncito que algunos necesitábamos para poder seguir haciendo crecer nuestro proyecto. Pero la semana de convivencia fue de otra cosa. Porque como muchas veces en la vida las cosas van de otras cosas que de las cosas que pensábamos que iban. Me di cuenta de que Islabentura no va solo de guiones, va de personas.
Va de personas que dan ponencias y se ponen a tu disposición para ayudarte. Va de personas que organizan y se rompen el culo para que los guionistas vivamos una semana mágica. Va de tutores y tutoras que se entregan a nosotros para sacar lo mejor de nosotros mismos. Va de compañeros y compañeras que si estás atascado en tu proceso, te prestan su ayuda (que siempre es mucha), para que sigas adelante. De compañeros y compañeras que están ahí y que si la semana se te está haciendo dura, te empujan y buscan la manera de sacarte una sonrisa. Va de todo menos de una competición. Va de compartir, reír y confiar y yo me siento afortunado de ser parte de este grupo porque cuando los proyectos estén entregados y el tiempo pase, estoy convencido de lo que más voy a recordar serán esos pequeños momentos que compartimos todos juntos.
Podemos decir que ya estamos en la recta final. El pecho me aprieta intentando decirme: espabila que no llegas. Da la sensación de que cuanto más cerca estás de terminar más te queda. Como cuando haces una mudanza o una obra en tu casa que parece nunca se acaba pero spoiler: se tiene que acabar. Toca centrarse, amarrarse a la silla y escribir, que para eso estamos aquí.
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