Cuando recibí la llamada de María José en el ya lejano abril, no me imaginaba que íbamos a llegar a este punto. Era el primer laboratorio al que me presentaba en mi vida, no sabía cómo se iba a desenvolver este proceso. Y mucho menos me imaginaba que iba a ser una aventura tan bonita.
La noche antes de presentar el pitch a las productoras, me bañe en la bañera del hotel junto con mi pareja y mi hija. Ver a mi niña de 15 meses jugar con la espuma, en un hotel de cinco estrellas, en la isla en la que me crie, me hizo pensar en las vueltas que da la vida.
16 meses en el pasado mi pareja y yo estábamos viviendo en una autocaravana, matando a ratas que se colaban en nuestro hogar y no nos dejaban dormir. Y ahora, nos encontramos en un hotel de lujo, con una niña feliz y a un paso más de conseguir nuestros sueños.
Al día siguiente en el pitch estaba muy nervioso, pero me tranquilice quitándole hierro al asunto. “Yo ya he ganado un premio, disfrutar de esta experiencia era el premio, ahora esto es solo un protocolo final” pensaba. Aun así, creo que el pitch salió bien para haber sido el primero de mi vida. Tal vez quedaron cosas que mejorar, pero al menos la idea quedó bastante clara, y así nos lo dijeron las productoras con las que nos reunimos después de la presentación. Me sentía aliviado, ya había finalizado una etapa, aunque ahora queda la más difícil, conseguir que se haga realidad nuestro proyecto.
Obviamente mi pareja y coescritora, y yo, tenemos el objetivo de que nuestra serie Canarian Horror Stories se produzca. Actualmente seguimos trabajando duro para conseguir esta meta. Pero si se llega a cumplir o no, para mí ahora es irrelevante.
Ahora, me siento ya como si hubiera ganado el más grande de los trofeos. Y es verdad. Poder disfrutar de las Islas Canarias con gastos pagados, conocer a personas asombrosas, aprender con profesionales de la industria, sentirme super apoyado por las responsables del laboratorio… Mi mayor premio es haber disfrutado de IsLABentura. ¡Gracias!