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Un día escribes algo que te parece memorable, al día siguiente lo lees y todo es una basura. Esto es normal en mi proceso creativo.

Cierro el tratamiento, no hay otra. He cambiado nombres de personajes, aparecen nuevos y otros desaparecen, también subtramas e incluso el nombre de la película. Es duro desprenderse de páginas y páginas, pero si es lo mejor para la historia, no tengas compasión. Seguro que esa idea se puede utilizar en otra creación.

Es el momento de dialogar, el tiempo se echa encima y el guion tiene fecha de entrega. Además, hay que hacer un guion de pitch, dossier de ventas, entrada de blog y otras cosas que tienen que hacer los guionistas. Véase la letra pequeña.

Avanzo bastante, los diálogos surgen fácilmente, los personajes tenían ganas de hablar. Ya en el tratamiento se le escapaban frases. Soy consciente que todo es modificable hasta que la película no salga de la sala de montaje. Si llega, claro está.

Reflexiono y me doy cuenta que los personajes, las situaciones y la historia lleva mucho de mi infancia, mi barrio, mi familia, mis amigos, en general mi vida. No podría haber escrito esta historia si no hubiera crecido en el barrio de Blas Infante de Lebrija (Sevilla), si no hubiera conocido a la gente que conozco, si no hubiera…

 

 

Hay muchos indicios de mi pasado en el guion, como la experiencia con ofertas de empleo del Servicio de Empleo Andaluz. El no cumplir lo requisitos me ha dado mucho.

Salgo de la papelería con el guion encuadernado. Queda muy profesional, esto es serio. Lo que hay dentro puede ser un tostón, pero tenerlo fuera de la pantalla del ordenador es otra cosa. Recomendable imprimir si tienes un bajón de moral.

Pero, por muy bonito que quede encuadernado dentro hay muchos errores, faltas y cosas que mejorar. Toca reescribir, me lo dice uno de los grandes. ¡Juan reescribe!

Reescribir es quitar alguna secuencia y poner otra. Ya lo dije hay que ser flexible. Reescribiendo me doy cuenta que he escrito para mí y que me he divertido mucho. Ahora toca que se entienda, mejorar la articulación y que emocione a otras personas. A mí me emocionaron en su momento. Los personajes hablaron demasiado rápido, hay que armonizar los diálogos y que tengan intención.

Noto en el guion una tendencia a la comedia mayor que lo planteado inicialmente. Hay secuencias que son difíciles de rodar por el tacto que hay que tener. Mezclar discapacidad con humor puede herir sensibilidades, pero me posiciono con honestidad. Esto es difícil, mi experiencia con personas con discapacidad ayuda.

Es importante escribir sin tener corsés, dejarse llevar y disfrutar.

Actualmente la criatura es una comedia sobre diversidad funcional, racial y algo de laboral.

Entrego el guion el 24 de septiembre por la noche. 100 páginas con portada y 104 secuencias. Me llena de orgullo llegar a la meta, la entrega es emocionante y me acuerdo de las personas que me han ayudado. Hay muchas horas de trabajo en situaciones que para mí se quedan. Vuelvo a reflexionar y me doy cuenta que lo mejor es el camino. Crear te hace sentir bien, crear da felicidad. Estoy agradecido al laboratorio que me ha permitido llegar a este punto y a mi tutor Fernando León de Aranoa, por su acompañamiento y generosidad.

Estoy agotado. Cojo aire y me pongo con el dossier de ventas. Lo entrego, vuelvo a coger aire y me pongo con este blog y el pitch.

Ya no hay más avituallamientos. Se acerca el encuentro de la semana final, quedan apenas dos semanas. ¿Llegaré a tiempo?