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No sé muy bien cómo encarar esta última entrada del blog. Escribir no siempre es fácil, sobre todo si lo que escribes te afecta a nivel personal y el hecho de saber que será la última entrada, ya me provoca un sentimiento de melancolía. Tener la certeza de que una vivencia que durante meses te ha hecho feliz se acaba, duele. Es como ese romance que al terminar el verano te dice que solo podéis ser amigos, o peor aún, que ha decidido volver con su ex.

En las reuniones con uno de los productores, cuando me preguntó por qué quería hacer esta serie, le dije sin pensármelo mucho que, porque tenía a Menuda Banda metida en la cabeza, el pecho y el estómago. No pensé mucho la respuesta, si lo hubiese hecho igual me habría dado un poco de vergüenza y no habría terminado siendo tan gráfico e incluso un pelín cursi; pero hay historias, situaciones y, sobre todo en el caso que nos ocupa, personas, que cuando te cogen ya no quieres que te suelten.

Es el sentimiento que he tenido durante todo el proceso de Menuda Banda con todas las personas, sin excepción, con las que he compartido tiempo y espacio, ya sea en Canarias o en Mallorca con mi tutora Marta Sánchez. Si tuviera que agradecerles a todas el trato que han tenido conmigo, seguramente os aburriría, porque sus nombres y apellidos ocuparían la mayor parte de la entrada del blog.

No soy muy dado a expresar mis sentimientos en persona, alguno incluso sopesa que soy un androide y que el verdadero Juanjo está encerrado en su habitación dirigiéndome desde los mandos de un teclado de ordenador; ni desmiento ni confirmo esa teoría. Pero lo que sí os puedo confirmar es la enorme calidad humana con la que está impregnada la gran familia de IsLABentura Canarias. Cuando las cosas se hacen desde el corazón, la humildad y la dedicación con la que María José (gracias por la Lambada), Lorena, Natacha y todo su equipo hacen las cosas, el resultado se nota y si no basta con que nos preguntéis a cualquiera de los 14 seleccionados.

Y es a ellos y a ellas que quiero dedicarles las últimas palabras de la entrada de este blog. Personas muy diferentes entre sí por carácter, edad, gustos e influencias, pero que nos une una afinidad que es la de contar historias que ha permitido que se forme un solo grupo fuerte y unido, una banda sin fisuras y como toda banda que se precie tiene que tener una canción que les represente. La nuestra, creo que estarán todos de acuerdo, sería esta: «Ojalá», de Silvio Rodríguez

La certeza de que nos encontraremos en el futuro alimenta mi esperanza. Ya he podido disfrutar de sus proyectos animado por la lectura de sus trabajos seleccionados, escritos además en tiempo récord. Estoy convencido de que será cuestión de tiempo que todo aquel que quiera podrá hacerlo también en una pantalla, ya sea la del cine o la televisión.

Muchas gracias, por tanto. He recibido más de lo que merecía y me siento muy orgulloso de haberos conocido. Lo que IsLABentura ha unido que no lo separe ni el tiempo ni la distancia.

¡Larga vida a IsLABentura Canarias!