Pues estaba yo tan tranquilo en mi casa, cuando de repente veo que me llama un número desconocido, y yo en plan: “Whaaat? Seguro que es publicidad”
Descuelgo y:
-“SÍ?”
– “Hola mira te llamamos de Islabentura…”
Y yo ¡¡chán chán!!
Automáticamente me pasaron por delante de los ojos un montón de topicazos: palmeras, plátanos, playas de arena negra, mojos de colores naranja y verde, yo mismo en bañador…
La conversación telefónica se complementaba con un email.
Corte a: voy corriendo a chequear mi email y casi me da un parraque.
¡Seleccionado!
Presento un proyecto de serie cuyo escenario y contexto es una de las islas, concretamente La Gomera, que aún no he visitado, y que trata sobre un equipo de fútbol mixto.
Me leo todo el email con sus fechas, sus deadlines, su itinerario. Checkeo quienes son los/las tutores/as ¡Flipo porque son todo gente super top! ¡Y yo con estos pelos! Ya estaba deseando que pasase rápido el mes para poder empezar, planificándolo todo para que no me pillase el toro.
Corte a: yo corriendo por el aeropuerto de Madrid porque he calculado mal el tiempo y no llego al vuelo. He metido en la maleta de todo, ropa de invierno, ropa de verano, ropa más de etiqueta, 342 calcetines…
Tenía literalmente 30 minutos para llegar al avión y aún estaba haciendo cola para facturar la maleta. Llego al mostrador. Me falta la tarjeta de embarque. Hago cola otra vez. Saco la tarjeta. Llego al mostrador. Esa no es. Vuelvo a hacer cola. Por fin llego a facturar la maleta. Pero el vuelo ya está cerrado. Whaaaaat!!!!
Mi ángel de la guarda en forma de azafata, me coge la maleta y me invita a que corra que me las pele a la puerta de embarque.
Día 1. Nos situamos en Lanzarote, para ponernos cara y saludar al equipo entero. (Es gente maja, menos mal).
Días 2-4: Al lío, me traslado a La Gomera para el proceso de documentación. Nos toca un guía que es la persona más maravillosa y más motivada de todas las Islas Canarias. Recorremos la isla de arriba a abajo.
En mi caso concreto buscaba campos de fútbol más pintorescos y lugares pintorescos donde los personajes pudieran tener vida más allá del fútbol.
Me sirve todo: los impresionantes miradores, las playas y uno de los bosques más increíbles del mundo: el Bosque de El Cedro, dentro del Parque Nacional Garajonay. Empiezo a imaginarme a los personajes y algunas secuencias en estos puntos de la isla y a darle personalidad tropical al proyecto.
¡Y ese campo!
Justo delante del hotel, en Hermigua, hay un campo de fútbol encajado entre valles volcánicos. Donde todos los tiros de cámara son espectaculares.
Consigo hablar con gomeros y gomeras dentro del entorno del fútbol en la isla, y casualidad que en nuestro hotel, un compañero fue jugador. Todo el mundo me explica, por un lado la difícil situación para los atletas, que provoca la falta de gente en la isla y la doble insularidad. Encaja perfectamente con mi proyecto que precisamente también toca ese tema.
Tengo tiempo de pasar varias horas con mi tutora Isabel Sánchez desgranando mis personajes y la trama principal para que todo vaya cogiendo forma y sentido. (Con ayuda también del otro compi de viaje, Alex). Un chute que es mucho mejor que cualquier máster de guión.
Días 5-6: Tenemos tremendas masterclases sobre recapacitar e interiorizar nuestros proyectos con Elena Alonso y Cristina Calle y cómo presentarlos con Josep Gatell.
Recojo muchas herramientas útiles y ya solo me queda escribir.
Me voy de Canarias agradecido y encantado de que sea el escenario de mi guión.
Ah y por cierto, yo que tengo un pequeño pánico a volar, sabía que lo iba a pasar mal con tanto vuelo, pero de nuevo aparece mi ángel de la guarda en forma de chocolatina del Binter para quitarme todo el drama.