
Desde el último encuentro en Fuerteventura tenía muchas ganas de volver a juntarnos en la siguiente isla. Y por fin llegó el día de reencontrarse con el grupo y con todo lo que el laboratorio de IsLABentura ofrece.
Llegar a Gran Canaria ha sido un viaje tan intenso como enriquecedor. Estos días han estado cargados de actividades y encuentros. El grupo ha estado muy unido desde el primer momento y eso ha generado una muy buena dinámica: intercambios, feedbacks, largas conversaciones y un espíritu de compañerismo.
De todas las clases que hemos tenido (y han sido muchas), me gustó especialmente el taller de dirección de actores de Natalia Mateo. Para mí fue un verdadero regalo poder contar con mi actriz protagonista y con uno de mis compañeros en este espacio y experimentar la dirección con ejercicios de improvisación muy concretos. Ese trabajo no solo me permitió descubrir matices y detalles de los personajes, sino que, además, sumando lo que nos había aportado antes Diana Rojo en su taller, me ayudó a profundizar en mi material y aportar nueva información a mi proyecto.
Otro de los encuentros que me sorprendió muchísimo, y que no esperaba que tuviera un impacto tan directo en mi trabajo, fue el de sonido y composición de bandas sonoras. Me interesó especialmente cómo nos hablaron de la visión de la música como herramienta narrativa y emocional. Todo lo que compartieron los participantes de la mesa redonda me pareció muy interesante y me hizo darme cuenta de aspectos que quiero tener en cuenta a partir de ahora, en relación con la música.
Otro de los grandes lujos de este laboratorio ha sido la cercanía con los mentores de mis compañeros. Aunque no me hayan tutorizado directamente, el hecho de poder conversar con ellos en las comidas, cenas, encuentros, en la playa, en las excursiones, en los talleres, en la piscina del hotel, etc., ha sido de gran ayuda y es muy bonito ver cómo también se construye una relación igual que con los demás participantes.
La manera en que se ha organizado el laboratorio ha sido impecable. Quiero aprovechar este blog para dar las gracias al equipo que lo hace posible, porque sin ellas nada de esto sería igual. La energía, el cuidado y la entrega que ponen en cada detalle hacen que sea un 10.
Finalmente, para mí está siendo fundamental vivir esta experiencia en las islas. Soy peninsular, y la inmersión en Canarias me está atravesando de forma directa. Uno de mis compañeros nos llevó a una verbena canaria en el barrio en el que se ha criado. No es lo mismo escribir una escena imaginándola desde Madrid que haber estado allí, viviéndola de cerca, rodeada de la música, de la gente, de las historias y personajes que se cuentan entre baile y baile.
Hacer un viaje tan inmersivo está siendo mucho más que un proceso de escritura. Gran Canaria me devuelve no solo un guion más sólido, sino también una nueva mirada.