
Han sido semanas de enfrentarse a algunos conflictos externos. Y también a uno interno. Algo parecido le ha pasado a los protagonistas de «8 islas para decirte adiós», que han visto cómo sus problemas vitales y sus crisis existenciales han aumentado exponencialmente.
La semana de formación del isLABentura ha hecho que la historia evolucionase y creciese. Los apuntes de la clase de Diana Rojo sobre creación y desarrollo de personajes ayudaron a replantear la construcción de los protagonistas, Alice y Víctor: por qué hacen lo que hacen, qué quieren, qué desean. Había que añadirles capas y capas, para luego quitárselas en el piloto y dejarles vulnerables en el resto de la serie.
El trabajo con Alba Lucío, la tutora del proyecto, también ha avanzado en esta línea tras el encuentro en Gran Canaria. El análisis de la escaleta del piloto reveló las escenas en las que aún se puede rascar y encontrar una vuelta de tuerca más. La idea es intentar construir un arco de personaje más rico, llevar a los protagonistas hasta un lugar donde nunca antes han estado, a un precipicio emocional que les haga replantearse todo lo que creen saber o sentir.
El taller de Pablo Bartolomé de creación de escenas puso sobre la mesa los conflictos externos e internos de Alice y Víctor en el piloto. La clave era buscar ese equilibrio entre las escenas que narran y las que nos permiten recrearnos en el universo, en el tono, en el amor y el desamor que estamos creando en la serie.
Mientras las capas, los arcos y los conflictos de los protagonistas de «8 islas para decirte adiós» se ajustan, toca ponerse con nuestros propios arcos, capas y conflictos antes de seguir escribiendo. Vamos, que nos leemos en septiembre.