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Especies distintas - mayo

‘Especies distintas’ nace de un impulso. Una sensación extraña que me invade cuando conozco esta “historia real” a través de las absorbentes redes sociales, y que de alguna manera logra instalarse en mi cabeza y macerar durante un tiempo. Me ocurre a menudo que veo historias susceptibles de ser contadas en imágenes por todas partes, y quizá mi pasado como periodista provoca esa manía de fijarme continuamente -que no cotillear- en lo que ocurre a mi alrededor, pues el comportamiento humano me parece fascinante.

Una desaparición que deja de serlo a los pocos días. Una huida voluntaria o un impulso de escapar que pone patas arriba a todo un vecindario que se pregunta por qué una joven madre de familia ha desaparecido sin dejar rastro. Conocemos a diario tantas noticias de desapariciones, secuestros y violencias de todo tipo, que esta podría haber sido una de tantas. Pero la protagonista (ahora, la mía) decide sin embargo volver a casa, abortar misión y retomar su vida donde la había dejado, y además fingir que no ha pasado nada, puesto que se marchó por voluntad propia aunque no sabemos dónde ni porqué. Ahora lo que está patas arriba es una familia, una pareja, una relación, un presente. Ese “¿qué pasa después?” es lo que a mí me interesa contar, lo que intento imaginar y persigo entender para que algún día algún espectador quiera ver esta historia en una pantalla.

‘Especies distintas’ es el impulso de una mujer que quiere marcharse, que quiere ser otra persona o simplemente no quiere vivir la vida que se ha montado por muy perfecta que ésta sea. Esta historia va de inventarse una vida, de segundas (o las que sean) oportunidades. Sara y Toni, los protagonistas, aprovechan quizá la última oportunidad para salvar su matrimonio, y creen  que aislarse en una isla como La Gomera es la solución a sus problemas. Pero la isla tiene guardado un secreto para ellos, pues si vuelves a tus raíces corres el riesgo de encontrarlas podridas. Este pequeño paréntesis en La Gomera hará que cada uno encuentre su lugar, ya que esta pequeña y montañosa isla desprende una magia especial de la cual es difícil escapar; para bien y para mal.

No tengo la menor duda de que haber sido seleccionada en el laboratorio de Islabentura es de las mejores cosas que me han ocurrido a nivel profesional, y no puedo estar más agradecida. Visitar por fin los lugares que he imaginado escribiendo esta historia es fundamental para poder construir un guión sólido, y me permitirá desarrollar la historia con una buena base de documentación y trabajo de campo. No se me ocurre un lugar mejor para trabajar en este proyecto y la experiencia la voy a aprovechar. La aventura está servida.

¡Vamos a conocer la mágica Gomera!