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Me encanta el proceso de escribir series porque es un formato en el que siempre hay espacio para más. Para seguir creciendo. Para que los personajes cumplan sus sueños. O no. Supongo que las series imitan a la vida.

Queda poco. Me entra el agobio. Otra etapa de mi vida que termina. Otro capítulo que llega a su fin, de momento sin cliffhanger. El tiempo pasa y tengo la sensación de estar siempre en el mismo punto. Ando perdido y creo que todo a mi alrededor es un caos.

Estoy tratando de entender dónde estoy, para saber a dónde quiero ir. Soy como el personaje de una serie en mitad de la temporada: me ha pasado de todo, pero sigo teniendo la esperanza de conseguir ese objetivo que pienso las 24 horas del día. isLABentura ha representado en estos últimos tres años un punto de referencia bastante certero para ubicarme en el mundo. En 2022 fue bastante traumático cuando acabó, pero tuve la suerte de volver este año de la mano de Sara, Pepe y Dinamita.

El proceso ha sido sufrido por todo el ruido que había alrededor. Pero he conseguido encontrar en las explosiones de Dinamita la calma que necesitaba. Me he divertido, he llorado y he bailado. No sé qué sensación dará la serie cuando se haga, pero con que se transmita un 1% de lo bien que lo he pasado creo que habremos cumplido.

Terminar de escribir el piloto se sintió como el final de algo, pero a su vez, el principio de otro camino nuevo que vendrá. La vida, como en las series, continuará.