Hay una máxima o una especie de ley en guion en la que se dice que en una secuencia hay que entrar tarde y salir pronto. Es decir, empezar la secuencia con la acción en marcha, in media res, y acabar la secuencia sin despedidas ni coleos, ni nada que alargue de forma innecesaria la trama. Sin embargo, en isLABentura la cosas va al revés, cuando empieza el laboratorio quieres entrar pronto y salir tarde. Quieres estar el máximo tiempo posible y agarrarte con uñas y dientes a una experiencia increíble. Quieres sacarle el máximo provecho a unos mentores buenísimos. Y quieres escribir el mejor guion posible que has imaginado. Y eso es lo que ha pasado tras la entrega de mi guion llamado CONTRA LAS LLAMAS.
Estas últimas semanas antes de la entrega han sido una gozada. Al menos, por mi parte, me ha encantado ver que la idea que envié al laboratorio se ha convertido en un dosier y en un guion de 93 páginas. He disfrutado mucho de la escritura, y es que nunca había escrito un proyecto tan thriller, sin comedia, ni mezclando casi géneros. Me lo he pasado bomba tramando y creando el mundo de Naira y los demás personajes. Espero que algún día el proyecto vea la luz. Eso sería increíble.
También ha sido una pasada poder conocer y trabajar a mi tutora, Marta Buchaca, con la que me he entendido a las mil maravillas. Espero que ella también lo haya disfrutado, aunque hayamos tenido que hablar de pederastas, de secuestros y de situaciones que nos erizaban los pelos de la nuca.
Y poco más, ahora mismo la suerte ya está echada, el guion entregado, aunque esto no significa que necesite más cariño en forma de reescritura. Eso también va a depender de cómo se arme el proyecto, si podré encontrar un director o directora que quiera subirse a este barco.
Esta entrada será más cortita de lo habitual porque necesito todo el tiempo del mundo para preparar el pitch. Entre el trabajo, la familia y la vida en general necesito tiempo para preparar el fin de fiesta que va a ser la última semana de isLABentura. Justo ayer tuve la sesión de pitch con Josep Gatell, el mejor profe de pitch que podréis tener nunca, y fue genial. Solo queda ensayar mucho y relajarse, al fin y al cabo, lo más duro ya está hecho. Ahora toca disfrutar entrando pronto y saliendo tarde.
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