
Muelle de Puerto de la Cruz, abril 2024. Emma y yo, tirados sobre las toallas al sol, pensando en convencer a unos pibes de que se lanzaran al agua por encima nuestro mientras los filmamos desde el mar con una gopro. Pa’ qué? Pa’ experimentar un plano que se nos ocurrió 2 años antes cuando en ese mismo muelle nos pusimos a cranear lo que sería “Aquí cabemos todos”. Una serie de zombis, pero acá nomás, bien cerquita nuestro; que estamos hartos de ver obras del género y empatizar más con los zombies que con los protagonistas. Queremos ver gente real luchando por sobrevivir. Ahí se nos fueron ocurriendo los personajes de nuestra historia que encapsulan realidades distintas que convergen en la isla y que nos dan vía para hablar de todas las inquietudes que tenemos con respecto al lugar donde vivimos y a las problemáticas que nos rodean. Y ahí surgió también la chicha de enfrentarlos a una situación extrema y ponerlos en conflicto hasta con ellos mismos y sus prejuicios. Y el también pensar a los turistas como zombies nos pareció una metáfora perfectamente poética de ese turismo depredador que devora todo a su paso.
Ya hace un tiempo venimos currando la idea y cuando recibimos la noticia de que estábamos seleccionados en Islabentura, saltamos como cabras y ahí nomás empezamos a desarrollar el guión del primer capítulo.
Y ahí arrancar el viaje, bajo las alas de María José y Lorena que saben cómo guiarnos y mimarnos. Y ahí aterrizar en Lanzarote y volver a esa isla marciana pero esta vez jugando a ser guionistas. Conocer a Pepe Coira, nuestro genial y entrañable tutor, y empezar a indagar más sobre nuestra historia y ya ponernos en modo obsesivo a hacer anotaciones y preguntarnos cosas que hasta ese momento no nos habíamos preguntado. Y conocer a los demás islabentureros y sus proyectos, y andar ahí flotando sobre volcanes, encandilados con el brillo en los ojos de estos otros dementes cuando cuentan sus magníficas historias con pasión de trovadores.
Y vuelta a Tenerife en los dos días siguientes, un volver a casa pero con otros ojos. Un salir a buscar lugares y gente que pueda inspirarnos. Una travesía plagada de guachinches e infinity pools. Gracias al asesoramiento de Ana y los demás de la Tenerife Film Commission nos embarcamos (nos automovilizamos más bien) en una aventura de norte a sur. En el norte visitamos fincas rurales, guachinches y barrios populares pesqueros como el de Punta Brava. Allí nos encontramos con lugares que ya son perfectos para empezar a filmar, dónde no hay que tocar nada ya del atrezzo real. También conocimos a guachincheros de pura cepa que seguro trasladaremos a nuestras páginas. Recorrimos lugares conocidos pero imaginándolos ya como escenario de ficción. Y al día siguiente ir a Guirilandia, al sur de la isla. Y que nos shockee como siempre el contraste, y el visitar hoteles 5 estrellas en busca de LA PISCINA INFINITA, aquella donde en un futuro podamos encerrar la mayor cantidad de guiris, digo zombis.
Y retorno a tierras Manriquianas con más data para procesar e intercambiar anécdotas y risas con los otros participantes. Para después recibir más data todavía y más preguntas surjan de los talleres que tuvimos el último sábado de la semana de bienvenida. Una semana intensísima e igual de estimulante, que sirve como un dale pa’lante y un metele que son pastele pa’ nosotros que ahora lo que queremos es seguir expandiendo y materializando este relato que tenemos, este mix de gore pochoclero y cine contemplativo de autor que venimos cocinando.