
Esta semana ha pasado volando, y no solo por haber cogido cuatro aviones para atender los encuentros (nada que ver con los once de la curranta incansable María José, la Directora de este jugoso laboratorio que en los últimos años tan popular se ha hecho entre los guionistas canarios y de más allá de nuestras latitudes) ni por el aire que a menudo sopla en la misteriosa y energética isla de Fuerteventura, nuestra primera anfitriona.
Los primeros días se respiraban los nervios, la tensión, la expectación de sobre todo los que vivimos algo así por primera vez. Es el caso de personas como Xavi, Nacho y el mío propio. Supongo que en nuestros ojos se ve que estar aquí es un regalo que nos da la vida y al que queremos sacar todo el provecho.
En los primeros momentos, llegada y dejar las maletas en la habitación. Ducha rápida y a cenar. Después de un paseo al viento, en la cena tengo una conversación maravillosa con Pepe Coira, que me toca justo enfrente, y con quien intercambio junto a otros compañeros impresiones de cine, series y la vida misma, como diría María Guerra. Este primer encuentro no da para mucho más, pues nuestra intención de tomar una más y alargar el encuentro y el reencuentro en algunos casos se vio truncada por cuestiones logísticas aleatorias. ¿Se acuerdan de aquello que contaba Manolo Vieira en su chiste? “Mira, un bar abierto, vamos a seguir saludándonos”. Pues eso.
Al día siguiente, vuelta a mi isla de La Palma para iniciar unos días de documentación sobre el terreno. Esos días compartidos con Helena M. Cabrera y Teresa Bellón (su tutora) fueron muy intensos, divertidos y extraños a la vez. Extraños por ver el territorio desde un lugar más alejado y comprobar que a veces las cosas no son como uno cree que deberían ser y toca esperar y confiar. Y también aceptar que lo que está en nuestra mano es lo único que podemos cambiar. Octavio, Rayco, Crístofer de La Film Commission palmera (que por cierto nos trató de maravilla y durante esos días nos movió por la isla, facilitó encuentros y reuniones sobre todo para enriquecer la historia de Helena), Poli, Aitor, Érika y Marta, amablemente nos dedicaron un rato para hablar y revisar algunas cuestiones importantes de la isla. También en el Área de Igualdad del Cabildo de La Palma nos hicieron sitio y compartimos un tiempo enriquecedor y valioso, para agradecer siempre.
En mi caso, que tengo el proyecto en un estado algo avanzado (tengo una primera versión de guion) y llevo mucho tiempo llevando a cabo esa labor de documentación, aproveché para reforzar mi mirada. Sobre todo con Octavio, nuestro espeleólogo, que me ayudó a reflexionar y plantear mi visión sobre lo que quiero contar.
Vuelta a Fuerteventura para la segunda parte del primer encuentro. No sé qué me ha pasado después de escuchar a mis compañeros pitchear sus historias, pero se me quedó una revoltura interesante. Mi motivación se multiplicó por mil y entendí por qué estaba ahí. Josep Gatell nos dio un tallerazo espectacular (El pitch inevitable) y entendí el nombre; de la sala Antigua de aquel hotel de Fuerteventura no salió nadie sin pitchear su proyecto. Así, en frío y pa que te vayas a tu casa calentito. Yo he pitcheado mi historia setecientos millones de veces, pero hacerlo frente a compañeros y tutores fue un meneo para el que no estaba preparado. Me puse nervioso, me tembló la voz y la vida, me dejé mil cosas por detrás. ¿Y sabes qué pasó? Absolutamente nada.
Salgo de esta semana remotivadísimo. También después de haber escuchado la magistral muestra de amor al audiovisual del maestro Javier Olivares, que nos deleitó durante cuatro horas con un repaso brutal sobre algunas de las series más importantes de nuestra historia y la importancia de la figura del showrunner en el proceso. Ahora toca escribir, replantear, andar el camino junto a mi tutor, David Muñoz, volver a mirar dentro y fuera para darle forma a esta historia que algún día ocupará el espacio de una pantalla grande.
Mi más cariñosa mención por su trabajo a Cristóbal de La Rosa, Natacha Mora, Lorena Martín, Film Commission Fuerteventura y Film Commission La Palma, Muak Canarias y como no a María José, por su empuje y buen hacer. Si se me escapa alguien, le debo un vino.
¡Ah! Y por cierto, si te ofrecen agua, acéptala siempre.
Javi Armas
Proyecto: Kipuka, una isla en un mar de lava
Tutor: David Muñoz