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La vida nunca deja de sorprendernos y a veces lo hace hasta limites insospechados.

Pensábamos antes de escribir el guión, cuando aún estábamos en el tratamiento,  que había transitado por algunos lugares del pasado y respirado el presente de aquel  momento, pero nos equivocamos, nada que ver a lo que se transita escribiendo los diálogos. Viajes emocionales a niveles de oler la realidad de sentirla, de vivirla y muchos días estar muy tocada con el tema.

Llegamos a la última recta y el cansancio hace mella.

En esta última fase no ha sido fácil, pero sí una experiencia única en la que dos cabezas pensantes fueron por distintos caminos en algunos momentos.

No en vano esta cita: «Si dos individuos están siempre de acuerdo en todo, puedo asegurar que uno de los dos piensa por ambos.» Sigmund Freud

Esto es lo que nos ha pasado a nosotras.

A estas alturas de curso nuestras maletas están repletas de emociones y no son pocos los días que nos cuesta cerrarlas para poder siquiera descansar. Nos cuesta conciliar el sueño, nos cuesta pensar en otra cosa. Se acumulan las horas en nuestras cabezas.

Las vacaciones han sido sentadas en el ordenador escribiendo, pensando, creando. Hemos tenido el mejor tutor que se puede pedir para una historia como La maleta.

Las últimas reuniones con nuestro tutor, Fernando León de Aranoa, – al que nunca podremos agradecerle suficiente su generosidad y sabiduría- fueron de los mas productivas. Las pautas que nos daba Fernando eran  joyas, algunas verdaderos retos, pero emocionantes, de mucha sensibilidad.

Todo, bueno, casi todo, va por buen camino, pero aún falta afinar una trama. Esa maldita trama que tantos quebraderos nos ha costado.

Encaramos los últimos días y optamos por hacer un break de unos días y que cada una piense en una propuesta independiente para ese último escollo en el camino… y, ¡bingo! Retomamos la escritura y las piezas del puzzle empiezan a encajar y la historia fluye.

Objetivo conseguido: tenemos una primera versión de guión, que ambas dos perfeccionistas cabezotas – consideramos suficientemente buena para ser presentada en sociedad.

Contra pronostico, el último fin de semana es más relajado de lo que imaginábamos, unos últimos toques, lecturas, correcciones, aplausos y alguna lagrimilla al subirlo al Drive.

Esta «Islabentura» ha sido  extenuante, emocionante, gratificante de mucho aprendizaje y mucho trabajo, pero como dice la canción  …¡¡¡Valió la pena!!!

Difícil será encarar el día a día sin nuestra Islabentura del corazón.

Si eres guionista… no lo dudes.