EPISODIO 4.
Suenan tambores.
Se oscurece el escenario.
Los murmullos se silencian.
Una luz, focal, apunta a los telones que, luego de un instante, se abren.
¡Soy yo!
Y así, de forma teatral y dramática, les doy la bienvenida a este nuevo episodio de las Bryaventuras en Europa.
Y créanme, lo que se viene es DRAMA. **Mirada de desaprobación hacia mis compis (y mi colon, de paso)**.
Como preámbulo les tengo que contar que mi paso por Madrid esta vez fue mucho más breve y no pasó realmente mucho; conocí el verano, odié el verano (pero bueno, tampoco me dio tan duro, cuando vives en una ciudad caliente donde el único cambio climático que experimentas es la temporada de lluvias, pues ajá, vas preparado (y sí, amix lector/a, en mi país no tenemos estaciones :’v)); y descubrí que soy peor turista de lo que imaginaba, pues no salí ni a conocer, ni a nada. Soy la burla, yo sé; pero bueno, en mi defensa, me compré unas galletas, bananos y un jugo pa’ sobrevivir los dos días que estuve allá (ni saludable soy, pero comí 😀 ).
Y bueno, nada, me perdí en el aeropuerto, me estresé, invoqué mil y un demonios pa’ que me guiaran, nos perdimos todos y descubrimos que de aventureros tenemos sólo la a, de Bryan, porque de resto, burlísima quedamos.
Pero, finalmente, hicimos nuestra primer parada en Canarias: ¡La Palma!
Así como lo lees, querida personita, yo fui una chica privilegiada y high concept que arribó en ‘La Isla Bonita’ con una misión muy especial… que te contaré más adelante (en este mismo blog, tranqui xd).
Bueno, como buena turista rubia, básica y tonta, dependiente de las aplicaciones, descubrí que no había Uber y me quedé como “a, y ahora ke”; di vueltas en el aeropuerto (que de por sí es chiquito, pero imagínenme como un perrito pequeño en panadería haciendo piruetas por un pan) y NO ENTENDÍA POR QUÉ EN LA SEÑALIZACIÓN DE TAXIS NO HABÍA NINGUNO.
Pues bueno, yo no estaba estresado ni nada, me decía a mí mismo: “mi mismo, demuéstrales a todxs que puedes hacerlo”; pues saben qué… fue raro haha. Como ya me sentía más estúpido de lo normal, pues le hablé a un señor que parecía taxista…
HAHAHAH, esperen, mis cuerdas se trabaron y les estoy contando lo que me pasó en el aeropuerto de El Hierro TT_TT, ya recordé que en La Palma sólo pregunté al taxista si podía pagar con tarjeta y pos si y ya, cero drama. DIOS, LÍBRAME DE ESTE MENTIROSO INTERNO.
Bueno, ya todo el mundo (incluyéndome) estando en la misma página, podemos continuar.
Llegué a donde me hospedaría y todo güd, esa piroba isla ES UN SUEÑO. Mk, o sea, fsdnfskdlfkgsjngd, diosssss, es como si algún dios universal hubiera escupido su mejor flema y hubiera aterrizado ahí… MK, ¡QUÉ NIVEL DE PRECIOSIDAD!
Miren, no soy bueno pa’ los cumplidos, perdón.
PERO EN VERDAD UN SUEÑO MARAVILLOSO.
Yo salí (dos cuadras, tampoco crean que de un día para otro cambié) y mis ojitos se brotaron gigantescos al ver tanta cosa lindaaa, o sea, parecía un sapo en el propio estanque. DIOSSSSS. Maria Josééééé, vivís en severo paraíssooooo, ¡qué envidiaaaa!
Les explico: es como si ustedes vivieran en… no sé, una película de Rubén Mendoza (a quien, evidentemente, ni respeto ni tolero) y se trasladaran a una de Won Kar-wai, o Kieślowski, o Bong Joon-ho. ¡Todo un salto!
Bueno, la cosa es que yo estaba en La Palma con una misión especial: acompañar a lxs chicxs finalistas y participantes en la convocatoria “¿Y si contamos nuestra historia?”, y dar el veredicto final de quiénes eran los tres proyectos ganadores. Pero no sólo eso, por mi mente pasaba algo muy relevante: demostrarles que sí hay esperanza en el mundo de la escritura, decir “yo, que soy guionista y escritor (xd), vivo de ello y amo hacerlo”; y así fue.
La noche previa al evento, estuve en una cena con ellxs y pues, luego, caminamos sin rumbo por las calles de la isla. Para mí sigue siendo muy extraño eso de andar con tanta seguridad y calma, pues #latammoment, pero bueh.
Ahí les escuché, jugamos a preguntas y respuestas, indagué sobre sus sueños y, sobretodo, les dije que no se rindieran, les impulsé a continuar fortaleciendo su talento y a no rendirse.
La verdad, fue una noche increíble que guardo en mi corazón.
HASTA QUE VOLVÍ AL LUGAR DONDE ME ESTABA QUEDANDO Y NO PUDE DORMIR BIEN PORQUE ERA COMO UNA CUEVA DE SERES MISTERIOSOS QUE ME VIGILABAN. ¡Mi piel se volvió ojos y no paraba de luchar por no dejarse intimidar!
Y, finalmente, el día de la gala… Muchos sentimientos, emociones, sentires, era como si el mayor premio me lo hubiera llevado yo: convivir con el futuro literato y creativo de las islas. De verdad, qué admiración.
Luego de eso, pues xdddd, caminé dos cuadras más y me encerré HAHAHAHA. Miren, los entornos sociales para mí son muy desgastantes y pues yo hiberno cada 2×3, así que me eché en la cama y me mimí. JIji.
Bueno, ese día no pasó mucho más realmente. PERDÓN MARÍA JOSÉ POR NO EXPLORAR TU ISLAAAA. Me haré un cursito de cómo turistear solo.
Bueno, al día siguiente debía madrugar al aeropuerto y, oh sorpresa, no tenía ni idea cómo pedir un taxi o encontrarlo, así que imagínense a este pelagato caminando por 20 minutos, a las 6 a.m, con una maleta, buscando por todas partes mientras todo el mundo dormía… ¡y con el vuelo pronto! O sea, la desesperación hecha persona. Pero luego de la rotación, logré dar con uno, llegué a tiempo y me dormí durante ambos vuelos.
Porque si amores, aunque El Hierro y La Palma sean vecinas, no hay ningún vuelo que las conecte y toca llegar sí o sí a Tenerife primero. Y pues ajá, así fue.
Bueno, por fin llegué a mi maravillosa, mi ensoñada, mi endiosada isla favorita en todo el mundo. Y como les contaba previamente, pasé pena en el aeropuerto hasta que hablé con un desconocido y me dijo “yo soy conductor” y pues me llevó.
MK, QUÉ GONORREA PAGAR 57 EUROS. O sea, prácticamente ahí empeñé mis riñones. Todavía me duele ese pago :c
Pero todo sea por EL HIERRO. :’)
La cosa es que el señor que me llevó era maravilloso, alguien que prácticamente es multitask todoterreno, pro en la vida y sus retos… o sea, prácticamente si necesitabas ordeñar una vaca mecánica que odia la humanidad y sólo consume cine alemán de los 30s, él lo hacía. ¡Una brutalidad de persona, genial en todo el sentido de la palabra!
Lástima que yo sólo tenía 1h de sueño encima y mi única neurona había abandonado el chat.
Bueno, luego de un laaaaaargo trayecto manteniéndome despierto y fingiendo procesar toda la información que él me compartía, ¡llegué al hotel!
Y… WOW.
Simplemente WOW.
O sea… WOW.
María José, enséñeme a ser así de pro :c Igual tú Lorena.
Adopten a este pughuahua y vuélvanlo su pupilo, pls. jij
El lugar era simplemente maravilloso. Parecía como si yo hubiera sido parido por una almeja y al abrirse, yo apareciera en el cielo de las almejas. WOW.
Creo que estaba demasiado feliz… pero lo único que hice es… esperar un ratito en recepción (y dormirme en la silla, obvia), ir a mi habitación y fallecer.
Les juro que mi nivel de energía era como la creatividad de los cineastas colombianos que únicamente se dedican a explotar historias de personas vulneradas del campo… cero. Pero por fin había una camita, sonidos de paz y mucha, pero demasiada felicidad.
El Hierro para mí es… más que una isla, es como si mi centro existencial estuviera ahí, como si la tierra me abrazara y me cobijara en sus carreteras, sus rincones, su historia; la siento como el núcleo de mi alma. Creo que el amor tan puro que le tengo diluye cualquier miedo y me da soplos de vida.
Pero bueno; ya que yo escribo hasta los codos, dejemos esta primera parte hasta aquí, porque lo que se viene sólo se los puedo traducir como: melosería romántica en todo su esplendor y los días más putamente increíbles de mi vida como guionista.
Así que, si llegaste hasta este punto y soportaste mi forma extraña de expresarme, sólo puedo agradecerte por dedicar un trocito de tu tiempo y adentrarte en la cabecita de este traumado muchacho.
Donde sea que estés, te abrazo con todo mi ser.
Bry.