Skip to main content

El tiempo vuela en el laboratorio. Parece que fue ayer cuando recibí la llamada que anunciaba mi selección en Islabentura y han pasado ya cuatro largos meses.

Después de mis merecidas vacaciones, Julio fue el momento de recuperar el proyecto. Un mes entero sin tocar un guion te proporciona una nueva visión que facilita el nacimiento de una mirada crítica sobre tu propia obra. Tengo que reconocer que siempre soy bastante inconformista con mi trabajo y que en este caso fue Curro Royo, mi tutor en el laboratorio, el que me convenció de que había hecho un buen trabajo.

Curro me convenció de que el guion estaba muy bien y que solamente necesitaba pequeños ajustes, un poco de “pulido”, un leve recorte y algunos cambios muy concretos.  Durante la reunión le miraba a la cara y notaba su entusiasmo por el texto, lo que me llenó de confianza para acometer la siempre delicada tarea de reescribir. Reescribir es siempre una de las tareas más complejas de un guionista. Se debe realizar con convencimiento de los problemas que tiene el texto y con la seguridad de que se está mejorando y no empeorando el texto, algo que por desgracia puede suceder.

Así que con una segunda versión del guion me fui a la semana de formación en Tenerife. Lo cierto es que el ambiente entre el grupo de guionistas es de profundo compañerismo. Una energía muy positiva que se está traduciendo en amistades que espero transciendan mucho más allá de la duración del laboratorio.

La primera ponencia fue la de Tomás Rosón, el abogado de ALMA, que me dio clases previamente en el Máster de guion de la Carlos III y en la ECAM. A pesar de conocer buena parte de la materia, me sorprendí a mi mismo reflexionando una vez más sobre los derechos que genero como autor de una obra y sobre el respeto que los productores y distribuidores deben tener hacia dicha obra, en tanto en cuanto los derechos morales no se pueden ceder, y forman parte de nuestro patrimonio personal como autores. El compromiso de Tomás con los creadores es simplemente admirable.

El Taller de Marta Buchaca era uno de los platos estrella de la semana de formación. Me tomé muy en serio su ejercicio de pensar cómo abordaría la adaptación audiovisual de la obra de teatro “The Rabbit Hole”. Leí la obra detenidamente, tomé muchas notas, e incluso vi la adaptación al cine que protagonizó Nicole Kidman. El  taller se llevó a cabo de una forma distendida y con mucho dialogo. Verdaderamente saqué valiosas conclusiones, y pasado el taller he seguido comparando textos teatrales y sus adaptaciones cinematográficas. La última ha sido la maravillosa “Las bicicletas son para el verano”, donde el magnífico trabajo de Jaime Chávarri no desmerece para nada el magistral texto de Fernando Fernán Gómez.

La ponencia sobre el programa Media y las ventas internacionales de Peter Andermatt fue igualmente muy valiosa. Realmente tener una visión global de nuestros proyectos desde su nacimiento marca la diferencia, y para eso debemos conocer no solo las ayudas que proporciona la Unión Europea a través de Media, sino del potencial de distribución internacional que tiene nuestra obra. En mi caso, se trata de un equipo ciclista femenino con varias corredoras extranjeras. Nunca he sabido bien como graduar su presencia en el proyecto. No sé si darles más peso me abriría puertas fuera de España, o por el contrario me cerraría puertas en el mercado nacional el hecho de plantear algunas secuencias en inglés. Sí saque como conclusión la necesidad de reforzar aún más mi inglés y de seguir viajando a los festivales de series internacionales como “Series Mania” para estar al tanto de todo lo que se “cuece” más allá de nuestras fronteras.

La narrativa transmedia ha evolucionado de una forma inesperada en los últimos años, convirtiéndose en una herramienta de marketing fundamental para que nuestras obras destaquen y sean relevantes. Después de la introducción sobre el transmedia que Luis Alcázar nos dio en Gran Canaria, diseñé una estrategia para lanzar mi serie. Es cierto que en mi argumento hay una red social como hilo conductor de la historia, al menos en el piloto, y que eso facilitó mucho las cosas. La segunda ponencia de Luis me hizo reflexionar mucho  sobre el target de mi serie, sobre el tipo de espectadores a los que va dirigida y sobre como llegar a ellos. Esta reflexión ha influido en la elaboración de la biblia y posiblemente también del pitch.

El plato fuerte quedó para el final: el taller de Pitch de Guillermo García Ramos, ahora mismo el coach referente en el sector. Tengo que reconocer que me sorprendió su estilo, casi de predicador, pero una vez salvado el tono comencé a extraer valiosas enseñanzas sobre como abordar el pitch desde un aspecto psicológico y sobre como organizar las  tareas básicas de estructuración del discurso. Bravo por Guillermo que se metió a la audiencia en el bolsillo con su sinceridad y sus consejos. Lo cierto es que salimos todos “pitcheandonos” encima.

Entre ponencia y ponencia, el laboratorio nos hizo degustar las delicias de la gastronomía canaria. Platos sencillos, cocinados de forma tradicional, especialmente los del Casino de La Laguna. Además, gracias a la Film Commission de Tenerife hicimos una espectacular visita a la isla. No solo subimos al parque Nacional de El Teide y su increíble Parador de turismo, sino que también viajamos hasta los incomparables acantilados del Noroeste de la isla, acabando en el ventoso faro de Buenavista. Algunos compañeros decidieron darse un baño rápido antes de volver al hotel, otros, los de agua  dulce, nos quedamos en orilla contemplando el panorama.

Los guionistas no necesitamos mucho para confraternizar porque nuestros problemas son comunes. En este sentido tuvimos la suerte de conocer a algunos participantes de ediciones anteriores y al “participante reserva”, que entraría en juego en caso de que alguno de nosotros no pudiera concluir su proyecto.

Finalmente tuvimos la suerte de poder entregar los premios del concurso de relato juvenil “Y si contamos nuestra historia”. Participaban jóvenes estudiantes de Gran Canaria y Tenerife, con historias llenas de libertad y pasión. Los relatos ganadores serán convertidos en cortometrajes que serán proyectados en la semana final del laboratorio en Lanzarote.

Después de estas semanas acabas desarrollando un vínculo con las islas. Es imposible no empezar a sentirse un poquito canario, a pesar de que todos los peninsulares llevemos un Godo encerrado dentro. Es ese vínculo con Canarias el que seguramente nos llevará a escribir en el futuro otros proyectos que sucedan en los paisajes que hemos recorrido y que seguramente quedarán para siempre en nuestra retina.