Llevo unos años de mudanza en mudanza. De hecho, acabo de volver a Gran Canaria después de estar 6 años en varias casas. Solo en una de ellas, en la última, repetiría, en las otras no lo creo. Pero ha sido en este proceso en el que me he dado cuenta de que nunca fueron las casas, sino la compañía.
Hace unos meses, hablando con mi amiga Luna, me lanzó una reflexión con la que he decidido quedarme: las personas somos como casas, con sus distintas estancias, su decoración y su(s) historia(s).
En estas casas dejamos nuestros recuerdos y en sus paredes se respiran nuestras vivencias. Es prácticamente imposible borrar del todo el paso de nuestras vidas por ellas y de ellas por nosotros. Y todos esos recuerdos que vamos mudando de hogar en hogar son la prueba fehaciente de que nuestro paso por ahí existió.
isLABentura ha sido mi hogar durante los últimos tres años, donde he tenido la increíble oportunidad y privilegio de estar en dos de esas tres ediciones. Y las personas que la conforman han sido sus anfitrionas: MJ, Lorena, Natacha y el resto del equipo de Canary Islands Film. Ellas han sido una suerte de caseras, pero de esas que te tratan bien y acaban devolviendo la fianza (ejem). A estas caseras solo puedo darles las gracias infinitas por haberme recibido siempre con todo el cariño posible, pero sobre todo por haberme dejado decorar un pequeño huequito de una pared de esta casa tan maravillosa que han creado. Es la prueba inequívoca de que he estado ahí, y, por tanto, de que el amor existe y existió.
Vengo de un sitio donde las oportunidades, a veces, son escasas y me veo siempre en la obligación de agradecer a cada una de las personas que han convivido conmigo en esta casa (y otras tantas). Muchísimas gracias Curro, por ser el primero de esos que me abrieron la puerta. A todos mis compis de la primera edición, por acogerme como a uno más cuando podían no haberlo hecho. A los de la segunda, por ser y estar, por entender los procesos que he ido pasando. Y por supuesto a Pepe, por ser nuestro guía este año. Por creer en Dinamita más de lo que, en ocasiones, lo hacíamos nosotros.
Hay una larga lista de casas con nombres y apellidos que me han acogido siempre con las puertas abiertas. Y agradecer el paso por ellas es algo que hago cada vez que puedo. Aunque no se los diga a diario, ellos y ellas saben quiénes son.
Y no me puedo olvidar de Sara. ¡Qué suerte la mía coincidir con una persona con un talento inabarcable! Saber que aprendes cada vez que escribes junto a alguien es increíblemente satisfactorio, y por eso el proceso ha sido precioso (y aunque suena a cliché: el premio, en nuestro caso, es realmente lo de menos).
Gracias por todo. Y gracias siempre por las oportunidades. Ahora toca una nueva mudanza. Esperemos encontrarnos siempre en otras casas. Y si no, volveremos a vernos aquí, ustedes saben que este laboratorio será siempre hogar, no por el laboratorio en sí, sino por las maravillosas personas que me han acompañado y hacen de isLABentura una experiencia que siempre merece la pena.