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Tras unos meses de trabajo intenso y estrés por mil y una cosas que conlleva la vida de un guionista autónomo, padre y amo de casa, llega la segunda semana de isLABentura. Justo en el mejor momento, para desconectar y reconectar con el proyecto que llevamos ya unos meses trabajando. Pero si alguien cree que esta semana en la peculiar isla del Hierro son unas vacaciones patrocinadas por el cabildo, nada más lejos de la realidad. Eso es que no conoce a Maria Jose, la directora de isLABentura, porque tiene un talento especial en hacernos trabajar aunque sea en una de las localizaciones más remotas y aisladas del país. La semana se plantea con varios talleres y tutorías que refuerzan y te hacen dudar de todo el trabajo que has hecho los meses anteriores, o sea, que te espaibla, pero es un momento muy dicle. O sea, esta segunda semana es como un barraquito.

Pero antes de entrar a contar las vicisitudes de los talleres de esta semana de formación, no hay que dejar pasar la oportunidad de hablar de El Hierro. Una isla capaz de lo mejor y de los peor. Me explico, es una isla pequeña, aislada y con unos habitantes muy amables y hospitalarios. Además, dicen que nada mas bajar del avión la tensión te baja.

Pero hay otra cosa que te hace subir la tensión, como el mar que pasa de estar en modo balsa a estar en modo asesino. Recordad siempre lo de las siete olas. Como en guion, hay que perseverar y seguir escribiendo aunque vengas oleadas de notas y de críticas, siempre hay que quedarse con lo bueno y agarrarte a las ideas que te enamoraron del proyecto. Porque al final, todo pasa y solo estás tú con tu guion. Y si es cerca de una escalera para salir del agua, mejor. Pero bueno, sobre la anécdota del baño en Tacorón haciendose pasar por Aquapark es carne de historieta para contar alrededor de una caña. Lo que vinimos a hacer al Hierro es aprender. De nosotros mismos, de nuestros tutotores y de nuestros proyetos. Y vaya si lo hicimos.

El primero que empezó fue el gran Joaquim Oristrell. Fue todo un día entero de taller analizando todos y cada uno de los proyectos. Aprendimos mucho los unos de los otros y tuvimos que explicar nuestras historias. Es un momento complicado para las historias porque tienen las patitas muy débiles, pero es necesario para fijarse en las fortalezas y desarrollarlas por ahí.

Luego vino, Pepe Coria. Un maestro del que aprendimos sobre cómo introducir el lugar, el espacio, las caraceristicas de una isla en nuestra historia. Qué cosas solo pueden pasar en un lugar determiado, fue de las enseñanzas más valiosas. Hay que pensar que cada historia va a tener muchos puntos en común con otras muchas historias, porque simplificando, no exisiten tantas clases de relatos. Por eso, cuanto más particular y más diferente sean los mecanismo y los detalles de tu historia más auténtica y más alejada de las otras será.

Y para rematar, vino Natalia Mateo. Una experta en trabajar con actores y con nosotros porque a los treinta minutos de taller ya estábamos todos con la lágrima a flor de piel. Un taller muy interesante que condensa muchas de las enseñanzas de su taller de las 3 disciplinas. En este país, saber trabajar con actores, que no dirigir, debería ser una de las asignaturas obligatorias en muchas escuelas de dirección y de guion. Aprendimos herramientas muy útiles y, sobre todo, a entender el dificilisimo trabajo de los acotres.

En definitiva, ha sido una semana increíble para aprender y conocer en profundidad a los demás compañeros. Son muchas horas juntos y es una maravilla poder conocer a todos y cada uno de los islebentureros. Estás nuevas amistades dejan huella en el corazón como los canales de lava tatuaron la isla. Me voy con nuevas ideas para la escaleta, nuevas amistades y como siempre, con La Palma en la cabeza y muchas veces, en la retina.

Nos vemos en la siguiente entrada con una nueva escaleta y con el objetivo de empezar a dialogar.